Son cosas chiquitas. No acaban con la pobreza, no nos sacan del
subdesarrollo, no socializan los medios de producción y de cambio, no
expropian las cuevas de Alí Babá. Pero quizá desencadenen la alegría de
hacer, y la traduzcan en actos. Y al fin y al cabo, actuar sobre la
realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de
probar que la realidad es transformable.
4 comentarios:
Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos... La vida y nuestras acciones, junto a las de los demás son las que nos cambian y nos transforman. Un amigo me dijo una vez, que también somos lo que dejamos ir, lo que ignoramos, lo que no vemos, lo que no hacemos. Vivimos en un mundo en el que las acciones o la omisión pasan aparentemente desapercibidas (aparentemente no hay consecuencias). Los que hablan, los que actúan son pocos, porque pareciera que nada sucede y sin embargo crece un sentimiento de infinita necesidad de transformación. La realidad pareciera un río por el que solamente queda ser llevado. Pero la publicación sobre Eduardo, llega a un punto fundamental. Hacer porque se tiene la esperanza (tal vez)de que se desencadene la alegría de hacer, y luego todo se traduzca en actos, porque "al fin y al cabo, actuar sobre la realidad y cambiarla, aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable."
En cual de los tomos de Memorias del fuego está la frase que citas?
alguien me puede decir la página y el libro en el que aparece la frase por favor :)
El libro de los abrazos
Celebración de las contradicciones/2
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